lunes, 6 de julio de 2015

Mas todo.

Nunca supe enfadarme. Nunca. La empatia me podía. Me gustaba ser así, me hacia sentir bien. Supongo que el reprimirse te acaba pasando factura. Últimamente el enfado pasó mas a ser un estado de animo. Un malestar constante. Sin saber porque. Mi pecho era como un batido de emociones, las cuales nunca supe definir demasiado bien, igual me los tomaba de una y no volvía a dar cuenta de ellos exteriormente. Luego, por la mañana al levantarme, miraba por la ventana, y pensaba que la vida era algo mas que esto. Este pensamiento me producía un cosquilleo en el estomago que tampoco sabia definir. Así que opté por eso. Empezar a hacer esas cosas que te producen ese cosquilleo desconocido en el estomago. Dura un ratito, y se va.Escribir era una de las que mas me gustaban. Supongo que porque esa si la sabia definir. Era una mezcla de alivio y orgullo. Algo que me gustaba y se me daba bien. Algo mio, tan intimo. Como el pintar, fotografiar o escuchar música, pero aun mas. Mas bien. Mas yo. Mas todo.Nunca se me dio bien hablar, ni poner las carta sobre la mesa, ni con nada que tuviera que ver con tener seguridad y confianza. Al escribir era como si fuera otra persona. Como si el hecho de saber que nadie me estaba escuchando, que nadie me estaba leyendo, me diese mas libertad, mas fuerza, mas todo.

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En mi condición de intensa, sigo, modestamente con bastante éxito en un viaje de búsqueda de puntos medios, de alejarme de que las cosas sea...