lunes, 26 de marzo de 2018

Tenia que escribirlo (23:22)

Durante esos 4 largos años siempre pensé que eramos un equipo. Que habiamos hecho el mejor equipo. Que cuando entrábamos en la área de la vida, juntos centrabamos y marcabamos mutuamente. Para nuestros propositos individualmente, nos teníamos. 
Hoy me doy cuenta de que no, de que de repente yo solo defendía y tu marcabas tus propios goles y yo, desde fuera de esa área, los celebraba contigo.
Gracias a dios, siempre pude adaptarme a otros equipos, a otras canchas, a otras hinchadas. Gracias a mi. Resiliencia.
No es culpa tuya, pero tampoco mía.

No hay comentarios:

escala de grises

En mi condición de intensa, sigo, modestamente con bastante éxito en un viaje de búsqueda de puntos medios, de alejarme de que las cosas sea...