martes, 18 de abril de 2017

Nunca he sido una persona con demasiada autoestima. No es que no me quiera, mas bien soy consciente de mi alrededor, y, aunque las comparaciones son odiosas, se que hay miles de personas especiales. Aun asi, hace poco, alguien me dijo que era un poco bruja y que tenia magia. Me rei en ese momento con falsa modestia pero por dentro siempre lo he sospechado. Mas que bruja, lo llamaria empatia, o intuicion, aun asi, sin escoba y sin varita. A veces, creo que nací con ciertos dones. Esos dones, los veo a traves de los demas y soy consciente de que hoy escasean y que por eso es especial poseerlos. Una infinita paciencia y comprensión me invadian. Ver que se me hacía facil esperar o aguantar. Me gustaba ilustrarlo como un mundo en el que yo decia abracadabra y alguien se sentia perdonado, entonces yo sentia su alivio y era como un orgasmo emocional. Me llenaba. Estas cosas me hacian creer en las segundas oportunidades, pero tambien en las terceras, en las cuartas y hasta en las quintas. Nadie es la misma persona año tras año. A la par sabia que todo esto era un arma de doble filo, que muchas veces no compensa, que te absorve poco a poco y que a veces te agota. Que la unica forma de recuperar la energia era recibiendo el mismo trato. Un ente externo que me sirviera un tinto y calma.
No hay acciones desinteresadas y nadie es perfecto.
Yo sabia que no era perfecta, pero si que tenia algo de maga y me hacia sentir un poco especial.

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