Admiré el imponente edificio de enfrente, aun en reestructuración y seguido miré a los lados, como siempre hacía, por algun motivo, y como si de una pelicula hipster se tratase, se me escapó en un triste susurro "tan cerca y tan lejos".
Apagué el cigarro, a medias, siempre. Todavia sentada, aspiré aire frio. Sabia a alivio. Sigamos pues. Y entré. (como en la vida misma)
Cada vez más, me sentia protagonista de mi propia vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario