martes, 25 de abril de 2017

Salí por la puerta y me hice a un lado del portal. Saqué el mechero y encendí mi excusa para el descanso de 5 minutos. Sentada en el suelo, aspiré del filtro y expulsé el humo hacia arriba. Rascaba.

Admiré el imponente edificio de enfrente, aun en reestructuración y seguido miré a los lados, como siempre hacía, por algun motivo, y como si de una pelicula hipster se tratase, se me escapó en un triste susurro "tan cerca y tan lejos".

Apagué el cigarro, a medias, siempre. Todavia sentada, aspiré aire frio. Sabia a alivio. Sigamos pues. Y entré. (como en la vida misma)


Cada vez más, me sentia protagonista de mi propia vida.

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escala de grises

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