
Hasta que, en el transcurso de la vida, con sus subidas, sus bajadas, sus baches y sus cambios, nos fallamos mutuamente. No importan los motivos. Fue un oscuro, asfixiante y extraño transcurso del tiempo. Como cuando 1 minuto dura 1 hora. Pero salí y resurgí.
Ahora, de repente, como ya escribí alguna vez, me siento como una tortuga recién salida del huevo, ante un desconocido e inmenso mar de incertidumbre. Siento algo recorrer mi cuerpo cuando pienso en los próximos cambios y se reconocer que es miedo. Y vuelve a ser extraño afrontarlo sola. Algo comparado a cuando en clase de atletismo, corrías hacia esas vallas. Esa sensación poco antes de saltarla. En un mili segundo pensabas "me la llevo por delante", "no llego", "me voy a caer". Saltarla y correr a por la siguiente.
La novedad da miedo. El cambio da miedo. Dejar atrás da mucho miedo.
Pero que bien sienta saltar la valla con éxito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario