miércoles, 2 de mayo de 2012

"No lo entiendo". Me dije a mi misma. Me estire en mi cama mirando al techo. Llevaba aquella camiseta que, curiosamente seguía oliendo a el. Seguí con mi reflexión y me repetí "No lo entiendo. Como puede alguien olvidar 5 meses de conexión mental, de compartir ideas y opiniones, de conversaciones interminables, de encuentros inesperados, de sonrisas de complicidad, de confesiones nocturnas, de música, de miradas furtivas y de todas esas cosas que surgen tan naturalmente. Era estúpido e incoherente, olvidar así de fácil, cosas que te producen una satisfacción, que te dan un vuelco en el corazón. El parecía haber olvidado todo aquello. No lo entiendo. Como, después de una noche rodeados de gente y a la vez tan aislados, una noche de besos y abrazos y risas y tonterías y cariño y cosas que surgen de un encuentro destinado. Como puede alguien echarse atrás sin estar muy convencido, después de todas esas cosas. El pareció ignorar todas esas cosas. Y sigo sin entenderlo, como, después de una noche de conexión total, tan intima... como puede alguien retractarse de algo así. Era imposible. Esas cosas se gravan en la mente, en el corazón. Cosas que al recordarlas, te hacían sentir lo mismo que sentiste en aquel momento. La gente viaja mirando hacia al frente, pensó de repente. Mirando siempre hacia la misma perspectiva. Solo los que miran hacia arriba sentados en el asiento de delante del bus me entenderían, esos son los que nunca olvidan. A los que miran al frente les diría "Mirad! Allí arriba! no hay mas que un cielo azul o hay tanto que vuestros ojos no alcanzan a tanto." Y ahí esta la belleza! que mientras tu canción favorita suena en tus auriculares, tu mirada alzada vislumbra las copas de los edificios, de los arboles, las fachadas y balcones se mueven entre las nubes, mostrándolos desde diferentes ángulos, el sol escondiéndose y apareciendo de repente, cegándote, un casual grupo de gaviotas cruzando ese cielo azul, dos aviones cruzándose entre si y formando una curiosa X, a lo mejor, un cielo nublado, el principio de una tormenta, la primera gota de lluvia caer, una lluvia torrencial, bañándolo todo sin ningún tipo de stop en su caída, el viento haciendo bailar todo aquello que se cruza en su camino...y después de todo esto, volver la vista al frente y verlo todo desde otra perspectiva, otro color, un ambiente distinto y agradable a su parecer...El me miraba a mi mientras yo tenia la vista alzada, en aquel tren, a las 10 de la mañana. Por eso el lo había olvidado todo y yo lo recordaba. Por eso el me había olvidado a mi y yo no a el. Y así el, se convirtió en un recuerdo.

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En mi condición de intensa, sigo, modestamente con bastante éxito en un viaje de búsqueda de puntos medios, de alejarme de que las cosas sea...