Así como cuando te pellizcas un brazo porque te duele el otro, era más fuerte el carraspeo del humo del tabaco en la garganta que la ansiedad o el desengaño. Para los que no entendían porque. Tomando desvíos, para llegar antes. Igual, como todo en esta vida, tenía fecha de caducidad. Algún día terminarían. El humo. Las cárceles emocionales.
domingo, 28 de mayo de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
escala de grises
En mi condición de intensa, sigo, modestamente con bastante éxito en un viaje de búsqueda de puntos medios, de alejarme de que las cosas sea...
-
En mi condición de intensa, sigo, modestamente con bastante éxito en un viaje de búsqueda de puntos medios, de alejarme de que las cosas sea...
-
Nunca he sido una persona con demasiada autoestima. No es que no me quiera, mas bien soy consciente de mi alrededor, y, aunque las comparaci...
-
Desde que tenia memoria y empezó a relacionarse, empeñó su rol de poner siempre el hombro. Como si de su naturaleza se tratase. Es decir, ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario