Hay situaciones que son como un sombrero de paja atado al cuello, en la playa. Esta sobre tu cabeza y vas con la seguridad de que ahí va a seguir. Pero algo te dice que al levantar el viento, saldrá volando. Lo sabes. Porque el cordón no se ajusta del todo, el viento es impredecible y tu cabeza es mas pequeña que este. Aun así los de tu alrededor te dirán, imposible, esta atado al cuello, confía en el cordón. Y te lo crees. Y te relajas, pero con la mosca en la oreja. Hasta que de repente una ventada a tus espaldas te lo arrebata y cuando te quieres dar cuenta ya lo esta arrastrando la corriente. Lo peor de todo no es que volara el sombrero, ni que se lo llevara la corriente. Lo peor es que lo sabias. Lo peor es que lo viste venir y aun así sucedió.
Uno no se ve a si mismo hasta que se ve reflejado en alguien más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario