lunes, 7 de enero de 2013

No era la primera vez que me sentia asi. Es decir. No es la primera vez que un sentimiento negativo cual miedo, tristeza, incomodidad, nerviosismo...todos ellos me llevaban o me hacían desear estar en aquella habitación. Volvía del aeropuerto con un nudo en la garganta. Tristeza. Una tristeza distinta, más profunda, pero seguía teniendo el mismo resultado. Con los auriculares puestos y viendo como el cielo se teñía de rojo, era hermosa la vista que me presentaba la naturaleza y aun así yo seguía en aquella habitación. Sonaba Pink Floyd de fondo, siempre, sin falta. La luz estaba apagada pero de la ventana que daba al patio interior iluminaba el espacio con una luz tenue y algo azulada, esta viajaba a través del humo que se solía acumular en la habitación, no era extraño que acudiésemos a ciertas substancias después del desliz a media película  ya no nos importaba si era buena o era de relleno, jamas la terminábamos, Estábamos los dos apoyados en aquella ventana, en ropa interior y compartiendo el humo que aspirábamos y me pareció el mejor momento del mundo, aquel recuerdo es tan vívido. Era extraño porque sabia que ahí dentro no había realidad, no tocaban los pies al suelo, era todo como un fugaz sueño que no terminaba hasta que la puerta principal no se abría, y aun así jamas me sentí sola ahí dentro, volvía a tener un santuario. El era como esa droga que te aleja del mundo vendiéndote buenas sensaciones, con una sonrisa picarona y un chiste malo, a la que acudías siempre que podías  Era gracioso porque fue tan fugaz como yo sabia que lo seria y aun así, fue chocante el fin. No, no era la primera vez que anhelaba aquella habitación de nuevo, pero, tampoco era extraño. Cada situación incomoda, un momento triste, un rabia ardiente, todas esas cosas me llevaban hacia el mismo camino y me invadía una impotencia tenaz e insoportable  No, no era extraño anhelar un santuario así, ni tampoco olvidarlo, supongo que todo el mundo ha acudido al recuerdo en un momento de necesidad, ahí seguía mi santuario, y aun siendo un recuerdo, siempre me volvía a alejar de la realidad... le echaba de menos, que carajos.

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En mi condición de intensa, sigo, modestamente con bastante éxito en un viaje de búsqueda de puntos medios, de alejarme de que las cosas sea...