Me quede de pie, ahí, en medio de toda esa gente entrando y saliendo, con todas aquellas maletas y mirando el avión cruzar el cielo. Y curiosamente, en aquel momento lo primero que me dio por pensar fue "habrá pianos en Bolivia?". Me sentí un poco absurda, era obvio que si y no era el momento para hacerse ese tipo de preguntas existenciales pero, cuanto hacia que el no tocaba las teclas de un piano, cuanto hacia que no le escuchaba tocar? cuanto pasaría hasta que pudiese volver a ver su expresión de paz al presionar cada tecla en su orden y hacer salir la mas hermosa de las melodías ya escritas? o cuanto faltaría para poder acompañarle a su piano con la letra de imagine, que tantas veces habíamos practicado? si en Bolivia no había pianos, pasaría mucho tiempo hasta volver a vivir momentos como aquellos. "Podría enviarle un piano" había pensado, pero deseche de inmediato aquella absurda idea, de donde iba yo a sacar un piano y como podía ser posible enviarlo. Entonces volví a pensar, "quizás podría aprender a tocar el piano y enviarle una grabación, así, quizás desde la otra punta del mundo, cuando yo estuviese tocando el podría estar escuchando entonces el sonreiría y yo sonreiría y el estaría orgulloso y así, hacerle el mejor de los regalos por su cumpleaños." Volví a desechar otra idea absurda, como aprendía yo a tocar el piano en un día? Nah, era bastante absurdo, así que de nuevo pensé, "podría escribirle lo que quiere leer de la misma manera que yo quiero escuchar lo que el toca." Así que saque mi blog de notas del bolso, me senté en un banco con el que casualmente me había tropezado y empece a escribir " Me quede de pie, ahí, en medio de toda esa gente entrando y saliendo, con todas aquellas maletas, y mirando el avión cruzar el cielo. Y curiosamente, en aquel momento lo primero que me dio por pensar fue: habrá pianos en Bolivia?..."