miércoles, 22 de marzo de 2017

"...esta es una práctica de “autoobservación” y puede ayudarte a desenredar los
múltiples “hilos de información” de los que se componen las experiencias. Con frecuencia, nos sentimos abrumados o inundados por una emoción y no podemos distinguir la maraña de emociones y experiencias sensoriales que surgen al mismo tiempo. Reducir la marcha, enfocarte en tus sentidos individuales y separar esas vías de información te permitirá reestructurar los hábitos “automáticos” de tu cerebro."

Así, como el caos que provocan todas las catástrofes naturales juntas, bailan, luchan y corren, mezclados, pensamientos y emociones por la cabeza, por el pecho. Incapaces de salir una por una cuando intento abrirme de a poco. Como una avalancha de palabras sin control. Un bullicio. Un griterío.

Camino a ciegas, solo sospechando que voy hacia adelante y no dando tumbos, habiendose caido los cimientos sobre los que me construí a mi misma, me siento como una tortuga que acaba de salir del huevo, a la temida intemperie, corre a duras penas hacia el inmenso mar que representa, para mi, la mejor versión de mi misma. Inmenso desafío.

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En mi condición de intensa, sigo, modestamente con bastante éxito en un viaje de búsqueda de puntos medios, de alejarme de que las cosas sea...