Abri los ojos de nuevo para encontrarme con la gris realidad de las prisas, la gente toxica, el aire toxico, la ansiedad, de nuevo las dudas...el humo. Aun asi lo vi claro, vi claro lo que no queria.
Y despues de una jornada de 10 horas a todo el mundo le parecia sorprendente, incluso absurdo, que hiciera una hora y tres cuartos a pie hasta mi casa. A mi me gustaba, me gusta. Me gustaba sentir la tesion detras de las rodillas, la hinchazon en los dedos y el dolor en los talones. Suena a masoquismo, pero cada vez que emprendia camino yo sabia que para avanzar hay que caminar, aunque duela.
"Mira el pajaro, se muere en su jaula."
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