Sentada en aquella biblioteca, delante de aquella ventana, que tenia vistas hacia montjuïc, recordó la discusión de hacia unas pocas horas. Se puso a llorar de repente, sin motivo alguno, en aquella cafetería abarrotada de gente. Su acompañante la miró asustado y nervioso miró a la gente de su alrededor, que lo miraba como si le hubiese hecho la mas grande ofensa. Cuando ella detuvo su lloriqueo, preocupado, le suplicó una explicación y ella simplemente sonrió y dijo "porque me apetecía" cogió la taza de café y le dio un sorbo como si nada hubiera pasado. El se la quedó mirando perplejo, como si ella fuese una ecuación que se había quedado en X y seguido de esto le volvió a exigir saber lo que pasaba en su cabeza, pero según ella no había explicación alguna. Este, se levantó indignado ante la sorpresa de ella, cogió sus cosas y se fue sin decir palabra alguna.
Y, allí, sentada en aquella biblioteca, delante de aquella ventana, que tenia vistas hacía montjuïc, completamente sola, llegó a una verdad a la que ya había llegado más de una vez pero que cada día era mas certera. Sabía de música y de su historia, sabia de libros y novelas, sabia de fotografía, desmontar y volver a montar una cámara, sabia sobre arte, algo, sabia varias cosas pero no tenia ni idea de relaciones humanas. Llegó a la conclusión de que estaba mas cómoda consigo misma y que su vida era mas sana y fuerte cuando estaba sola. Aun así, la contradicción de la dependencia hacia algunas personas le hacía estallar la cabeza de confusión. Más de uno quiso entrar en aquel mundo interior tan escondido...loca, la llamarían si pusieran un solo pie detrás de aquella puerta blindada a llave y candado de aquel interminable mundo a parte que había construido con tanto empeño en su cabeza. Sonrió y volvió a sus apuntes con aquel refrán. "La curiosidad mató al gato".
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